EUROPA PRESS

13 julio 2022

 

¿Es el verano la mejor época para eliminar las manchas de la piel?

 

El jefe de Dermatología del Hospital Sanitas Virgen Del Mar, Gerardo Martín, ha advertido de que la piel "tiene memoria", por lo que "cuanto menos se proteja la piel contra la radiación solar en edades tempranas, antes aparecerán manchas".

 

Con la llegada del verano, la piel queda al descubierto y, junto a ella, las manchas. Los cambios de color en ciertas áreas del cuerpo son muy comunes y, aunque no necesariamente suponen un problema de salud, es conveniente realizar revisiones regulares con visitas al dermatólogo que descarten cambios en ellas.

 

Son numerosos los motivos por los que con la edad aparecen lesiones con mayor pigmentación en algunas zonas de la piel. El más habitual es la exposición al sol prolongada y sin protección. La lesión más común es el lentigo solar, aparecen en cara, escote, brazos y dorso de manos debido a que son las zonas que suelen llevarse descubiertas.

 

Aunque es más frecuente que inicien entre los 40 y los 50 años, debido daño solar acumulado en las células superficiales de la piel, pueden aparecer a cualquier edad, sobre todo si no se toman las debidas precauciones frente a la radiación solar.

 

Para evitarlas, desde Sanitas señalan que lo más efectivo es una adecuada protección a la radiación ultravioleta que incluye, evitar la exposición directa al sol en horas centrales del día, uso de sombrero y ropa adecuados, además de cremas de protección solar. Estos cuidados especialmente en verano, pero también el resto del año.

 

Otra de las manchas frecuentes es el melasma. Está muy relacionado con el sol y factores hormonales. En este sentido, es frecuente que las mujeres embarazadas o que tomen anticonceptivos experimenten un oscurecimiento de la piel en zonas concretas, como las mejillas, labio superior y frente la mayoría de las veces.

 

En general, las manchas se oscurecen en verano y se aclaran en invierno, ante la preocupación estética que supone para muchas personas, existen tratamientos que ayudan a reducirlas y prevenir su reaparición. La solución más efectiva para los lentigos es el láser, ya que consigue mejorarlos de manera significativa, con mejoría del aspecto de la piel aportando un efecto rejuvenecedor.

 

No obstante, este tipo de procedimientos siempre deben ser realizados por un profesional dermatólogo que realice un correcto diagnóstico del tipo de mancha y valore el tipo de láser adecuado para cada caso ya que, de lo contrario, podría empeorar el estado de la piel, produciendo más manchas e incluso cicatrices.

 

El procedimiento consiste en aplicar un haz de luz muy intensa en la zona concreta de la mancha, que al ser más oscura absorbe mucha más luz que el resto de los tejidos y genera su destrucción controlada. El momento ideal para realizar este tratamiento es el otoño y el invierno. En esta época la radiación solar es menos intensa y existe menos riesgo de daño en la piel.

 

No es recomendable exponer la piel al sol tras la aplicación del láser, puesto que, además de tener una mayor sensibilidad, puede provocar el efecto contrario al deseado, es decir, una hiperpigmentación o aparición de mayores manchas.

 

Además, cuanta mayor diferencia de color haya entre la piel y la mancha, más efectividad tendrá el láser ya que tratará la lesión con mayor precisión que si la piel estuviese bronceada.

 

Así, aunque los tratamientos médicos son eficaces a la hora de mejorar los signos del sol o la edad, para evitar que las manchas vuelvan a aparecer es imprescindible cuidar la piel adecuadamente a través de la hidratación, minimizando su exposición a la radiación solar, y desterrando hábitos nocivos como fumar.

 

En el caso de las personas mayores, este cuidado debe ser todavía más meticuloso. "Con la edad, la piel tiende a deshidratarse, volverse más fina y vulnerable", afirma el director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, David Curto.

 

Por ello, para proteger la piel de estas personas, los expertos recomiendan aplicar diariamente cremas hidratantes, evitar las duchas con agua muy caliente que fomenta la sequedad, utilizar jabones suaves que respeten el pH de la piel.